martes, 21 de junio de 2011

‘De Los Signos que Aparecerán Antes del Juicio de Berceo’


por: Isabel Lizárraga Saldívar

Gonzalo de Berceo fue un poeta español que perteneció al clero secular y, además, el representante más destacado del ‘Mester de Clerecía’, un tipo de literatura medieval representada por clérigos. No obstante, hay que aclarar que, en esa época se le llamaba ‘clérigo’ a cualquier hombre que fuera culto y tuviera una educación superior, sin necesidad de estar relacionado con la iglesia. Aunque en el caso de Berceo, podemos decir que es un hombre letrado y también, en efecto, un hombre de iglesia, por tanto, doblemente clérigo.

Berceo también es conocido por haber innovado el castellano literario. Su poesía siempre trata de temas religiosos, especialmente hagiografías, es decir, vidas de santos. Además está estructurada a manera mnemotécnica, es decir que es fácilmente recordada y memorizada y es que debemos tener en cuenta que en siglo XII y durante la Edad Media, en general, los juglares se encargaban de difundir las obras de manera oral.

De los signos que aparecerán antes del juicio es un poema medieval escrito en castellano antiguo, cuya autoría es de Berceo. Además de estar escrito en cuaderna vía (versos alejandrinos de cuatro versos), que es una característica típica del ‘Mester de Clerecía, el poema tiene fines didácticos y morales, pues nos habla de lo que pasará, según la Biblia, con relación a los signos que se presentarán ante la segunda venida de Jesús y durante el día del Juicio Final. Por otro lado, nos enseña lo que nos podría pasar si no cambiamos nuestra forma de vivir, al no arrepentirnos y no seguir de cerca sus mandamientos. La obra puede ser dividida en cuatro secciones:

1) Introducción; comienza dirigiéndose al pueblo exhortándolo a prestar atención y hablándole acerca de un sermón y de su procedencia.

2) Enumeración de los signos. Estos están en el sermón mencionado anteriormente y son los que anuncian que el día del Juicio Final se acerca. El poeta señala que quien no está con Cristo, no tendrá quien lo auxilie. Los signos son los siguientes: la tierra arderá en llamas, los animales perderán la cordura, los ríos se saldrán de su cauce, el cielo se oscurecerá, habrá terremotos, se destruirán las ciudades, las fosas se abrirán vomitando los huesos y se precipitarán las estrellas a la tierra.

3) El partado sobre el Día del Juicio Final está dividido en dos. Este día es cuando Jesús se dirigirá al pueblo y separará a los justos de los pecadores. Primero condenará al fuego eterno a los que no acataron sus mandatos, a los aduladores, farsantes, mentiros, estafadores, envidiosos, falsos pastores. Además, aclara que de nada servirá que sean reyes, príncipes o plebeyos, todos serán juzgados por igual. Algo que sin duda nos recuerda a las danzas de la muerte en la Edad Media. Después, Berceo describe cómo estarán gozando los justos que siguieron sus mandamientos de cerca, entrarán al cielo y estarán en compañía del Padre, del Hijo y de la Virgen María. Ya no habrá más penas, el alma y el cuerpo serán uno solo y gozarán de vida eterna, todos serán honestos, tendrá la capacidad de volar y sólo habrá caridad y amor.

4) Peroratio; aquí Berceo hace un breve resumen general y nos narra que cuando Jesús venga a juzgarnos será un día tan lleno de miedo, que hasta los ángeles, que no han cometido pecado alguno, temerán. Ese día, justos y pecadores temblarán de miedo. Con sus propios ojos podrán ver el infierno y todo se sabrá. El poeta, pues, nos exhorta a cumplir con los mandamientos y hacer penitencia para que Jesucristo nos guarde de ver esas escenas. Termina aquí la obra con una pequeña oración.

Como conclusión, podemos añadir que esta obra tiene grandes similitudes con el Apocalipsis de San Juan y con el Evangelio de San Mateo, entre otros textos canónicos. Esto nos indica que Berceo se basó en ellos y adaptó el mensaje haciéndolo didáctico para que la palabra de Dios pudiera ser difundida y alcanzara al máximo número de personas. Es por ello que el poema está escrito de manera que puede ser recordado con facilidad, para que al ser recitado de manera oral, moralizara un poco a los que lo escuchaban, calmando el miedo que les oprimía en esa época, pues era común escuchar comentarios acerca del fin del mundo debido, como sabemos, a las guerras, a la peste y otros elementos que hacían de la muerte un común denominador en la época medieval.

Recomendaciones bibliográficas.

Gonzalo de Berceo. Signos que aparecerán antes del Juicio Final. Ed. Arturo

Ramoneda. Madrid: Castalia, 1990.

García, Michel. “Los signos del Juicio Final”

http://www.vallenajerilla.com/berceo/michelgarcia/introduccion-signos.htm

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